Vivimos en un mudo diferente, cambiante. Si la diversidad es percibida como un problema (inmigración) o como una amenaza (religiones) y no como una autentica oportunidad de adaptación y aprendizaje, algo no funciona. Las personas con un alto nivel de madurez personal, integran cualquier realidad aunque no coincidan con sus valores personales. Integrar no significa estar de acuerdo, sino comprender, establecer puentes de diálogos, escuchar, apreciar…
Muchas personas creen que solo se aprende en
El desarrollo personal está estrechamente vinculado a la capacidad de aprender cosas, a cambiar de opinión, adquirir nuevas perspectivas de los hechos, dudar, integrar pensamientos e ideas diferentes a los nuestros… Cualquier persona que rehuya estas posibilidades de expansión estará atrapada en su cárcel personal.
Había una vez una rana que vivía tranquilamente en su pozo. Pensaba que el mundo era eso, un pozo enorme. Un día un pájaro se posó momentáneamente en el brocal. Hola le dijo a la rana. ¿Qué haces aquí?. La rana que nunca había visto a nadie, respondió: Qué, que hago? Vivir la vida en el mundo, ¿Qué otra cosa podría hacer? El pájaro le respondió: el mundo es mucho más grande que tu pozo. Ven conmigo y lo verás. La rana, incrédula, dio un salto y alcanzó el brocal del pozo. Al instante su cabeza explotó en mil pedazos.
Quizás un gran número de personas, experimentarían algo similar, si pudieran darse cuenta de lo grande que es el mundo y de las posibilidades de aprendizaje y de disfrute que están desaprovechando.
Aprender en cualquier momento y lugar, es pues un elemento esencial de desarrollo o de crecimiento personal. El aprendizaje, además, está muy desarrollado con
Una manera de forzar el aprendizaje, es hacer cosas inusuales. Si no nos gusta la montaña, preparemos unas vacaciones en un ambiente lo más alpino posible. Si odiamos el pescado crudo que se sirven en los restaurantes japoneses, acostumbremos nuestro paladar a esa delicia. Probablemente descubriremos que la montaña es fantástica y que el “shusi”, además de sano, es buenísimo con salsa de soya y laminillas de jengibre. Poner en práctica actividades inusuales abre nuestra mente y desrutiniza
Otra manera de aceptar la diversidad, disfrutarla e integrarla a nuestra personalidad es viajar con los 5 sentidos. Los viajes cuando se viven con el corazón, son una excelente fuente de experiencias y sensaciones inusitadas. Planificar un viaje puede ser un enorme placer, porque al dejar volar nuestra imaginación, iniciamos el viaje mucho antes de que se produzca. Imaginemos por un momento, que preparamos un viaje a
- Identificar un “enemigo” y trazar un plan para acercarse a él.
- Pensar en actividades inusuales y llevarlas a cabo: comidas atípicas, hábitos distintos, entre otros.
- Organizar y planificar un viaje a través de los 5 sentidos. Asistir a un lugar poco concurrido y antes de viaje informarnos al detalle del estilo de vida de su gente. Intentar transformar, durante el viaje, nuestros hábitos y nuestra forma de ver la vida.
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